Q44.64
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Somos hijos de un Dios que no se deja desalentar por el pecado. Tiende continuamente su mano misericordiosa hacia el hombre para que se sostenga. Por esto, en los planes de Dios, de los errores cometiendo no nace la desconfianza, sino la fe: el deseo de sumergirse en aquella mano y hacerse revestir de su contenido de amor. He ahí la conversación.