Así como Dios no quiere sólo sanar partes del ser humano, sino también al hombre completo, el Espíritu Santo no se limita a curar individuos, sino que quiere sanar el Cuerpo de Cristo formado por todos nosotros, viviendo en sanas relaciones interpersonales. En estas páginas presentamos, de manera clara, el plan de Dios, que sobrepasa con mucho lo que somos capaces de pedir o pensar. No sólo mostraremos las enfermedades, sino sobre todo la medicina para quienes se reconozcan enfermos o simplemente estén buscando algo más en su vida.